Revista blog: Se colgó la vaca

Diarios de la Vaca

Para justificarnos, para dar fe de erratas, para mentarnos la madre, para sufrir, para gozar, para discutir sobre basura reciclable.

lunes, 3 de octubre de 2011

Entre zapatos, pies y cubiertos.

Lo sé, de cubiertos no tuvimos mucho en esta edición. Mejor dicho, nada, salvo la historia sobre el vaso de poliestireno y su destino gris. No justifico nada, porque las excusas son una medida de la mediocridad y en la editorial intentamos articular toda una campaña en su contra, por lo que sería un descaro. Lo que si es innegable es que La Vaca es un esfuerzo independiente de estudiantes universitarios, que además de estudiar deben preocuparse por sobrevivir. Con sobrevivir me refiero a todo tipo de menester corporal. Por eso y sin ánimo de pedir disculpas a los lectores, porque no se trata de suplicar, pasamos tanto tiempo sin publicar. 

El sinsabor que me queda cala hondo. Soy un amante de la revista, pienso en ella con regularidad y trato siempre de mejorarla, sin embargo el contenido proyectado para esta edición no se cumplió en su 100%. Es más, diría yo que fue un triste 20, comparado con todo lo que pretendí a principios de septiembre sería la publicación de finales de mes. Pero el resultado fue otro, que sin ánimos de menospreciarlo, pudo ser muchísimo mejor. La propuesta original planteaba una entrevista corta, algo así como tres preguntas con respuestas concluyentes. Otra idea era la de publicar el recuento histórico de los zapatos, desde su nacimiento hasta hoy, salvo que ningún dato sería real y todos los personajes vivirían en la ficción. Y muchas más ideas pasaron por el papel, desde cuentos hasta reportajes sobre cordones, la revista-blog este mes se perfilaba excelente.

La modorra, desafortunadamente, acabó con nuestras aspiraciones y muchos de esos impulsos iniciales se disiparon entre el trajín del día a día. Pudo haber sido una publicación memorable. Falta quizás una motivación fuerte para los colaboradores de la revista, y para el editor, uno de los más perezosos. Necesitamos un mecanismo que los mueva a trabajar e investigar por su propia mano y que, luego de prepararse, articulen junto a los demás colaboradores una pieza de información que alimente la creación colectiva colombiana. La idea es que la motivación no sea el miedo, la más usual. La idea es que no sigamos siendo mediocres, porque lo somos o al menos yo lo soy. La idea es crear, sé que podemos, lo sé.

Pablo Jaramillo Editor caprichoso de Se colgó la Vaca

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